Hay que reivindicar la fiesta de los toros, con ese atavismo con que se vive en todos los pueblos de las Españas, incluída la España del otro lado del Pirineo, al Sur de Francia. He dicho atavismo, sí, pues no tiene una explicación racional sino emocional. Y recordando a Pascal: el corazón tiene sus razones que la razón no entiende... Además, como me decía un buen amigo y aficionado cordobés, no se debe olvidar que "torear como amar es tener un misterio que contar, y saberlo contar. De ahí que el toreo consista en acariciar con arte, temple y gracia".
Y para aquellos que esgrimen motivos culturales (disfrazados de complejos europeístas) tan sólo recordarles que Sánchez Mejías, cuñado de Joselito, que mereció el poema de Lorca y el paseíllo de Alberti, perteneció a la Generación del 27. Y recordarles también... no nada más.
Inti Illimani - Vasija de barro
Hace 8 años
No hay comentarios:
Publicar un comentario