Palermo y Sicilia tienen algo de grandioso. De palacios habitados por los normandos durante siglos, de cruce de culturas y también de civilizaciones que han curtido el carácter de sus gentes. Hoy hemos alquilado un coche para visitar Palermo, pero apenas hemos visto los lugares más monumentales. Hay que volver a Palermo.
Magnífica playa y tranquila, cerca de Palermo. Lugar de reposo, baño y almuerzo con un veterano amigo madrileño. Hemos hablado de todo, y en particular de Italia y España, su parecido y también sus diferencias. Las afinidades electivas de los caracteres de unos y otros, y lógicamente también de la crisis económica que nos une...
Unos días de descanso en tierras sicilianas. Clima caluroso, caldo como dicen aquí. El mar muy azul, y con alguna medusa cuidado! Hoy un bañista ha sido alcanzado por una y ha regresado a Palermo necesitado de restregarse con aceite para calmar el escozor. Las vistas desde la casa son impresionantes. Si bajan las temperatuas mínimas será ideal para conciliar el sueño. Me gusta Sicilia. Todo el mundo ha pasado por aquí, desde los normandos a los musulmanes y por supuesto los españoles. Hay por aquí napolitanos, milaneses, madrileños, y franceses y suizos etc.
Es algo verdaderamente sencillo y grande lo que ha hecho mi buen amigo Carlos Granda. Es, en cierto modo grandioso, porque basta acercarse al Café Gijón, aquél que fundara Don Gumersindo en 1888, y que fue testigo de tantas tertulias de las glorias de nuestra Literatura, Lengua y Cultura, desde García Lorca hasta Sánchez Mejías, desde Unamuno a Pérez Galdós, desde José Canalejas, Ramón y Cajal y Valle Inclán hasta Camilo José Cela por citar dos Premios Nobel. Y pasando por grandes personajes de todo tipo, desde Mata Hari hasta la diva Ava Gardner, Orson Welles o aquel Truman Capote...
En esta serie que publico en honor de Carlos Granda, de abajo arriba: Ayala, Delibes, Cela, Umbral, Fernando Rey, José Hierro, Adolfo Marsillach y Fernando Fernán Gómez. Son dibujos que hablan... que pellizcan dentro del alma de cada personaje y sacan ese gesto, esa personalidad, ese carácter de cada uno. Esto sí es verdaderamente arte: reflejar toda una vida con unos lápices en una suerte de fotograma, que supera la mejor fotografía. Enhorabuena Carlos. Por cierto, me he dejado en el tintero a Paco Rabal que también es tuyo.
