Hay que ir a verla en "Santo" una obra de teatro que ella misma explica así:
Nace de una serie de preguntas sobre lo denostada que está la bondad o ciertas vidas ejemplares, lo luminoso que existe en la religión... Esa parte de búsqueda de la verdad, de la bondad, de cómo se diluye la individualidad en aras de un sacrificio o un servicio hacia el prójimo...
Sólo uno de los personajes es real: Edith Stein, Sor Teresa Benedicta de la Cruz, la protagonista del texto de Caballero. Fue una mujer agnóstica durante muchos años de su vida. Provenía de una familia judía practicante y ortodoxa, y leyendo a Santa Teresa tuvo una revelación y no solo se convirtió a la religión católica, sino que se hizo monja carmelita; aun así, fue gaseada en Auschwitz...
La religión tiene otro lado de búsqueda de la bondad y la trascendencia; de algo que nos conecta con algo que es difícil de explicar y que yo, como agnóstica, anhelo también. Yo encuentro ese afán de trascendencia y de espiritualidad a través del arte, del teatro. Para mí, el hecho teatral es algo trascendente, sagrado, litúrgico, y a través de ahí canalizo esa necesidad de espiritualidad. Porque el ser humano tiene necesidad de trascendencia y espiritualidad.