Llegó de improviso como una aparición. El conductor se bajó del coche y durante media hora dejó que se hicieran fotos todos los que quisieron incluso sentados al volante. Cuando todos los niños y no tan niños se habían hecho fotos fuera y dentro del Lamborghini, el conductor regresó, arrancó y salió con su carro de fuego...
No hay comentarios:
Publicar un comentario