Le han escuchado los poderosos con el máximo respeto, y hasta con agrado. Se percibía en la magia del directo que no engaña. Y les ha hablado como hablaba en Buenos Aires a los marginados, a los pobres, a los enfermos. Con mansedumbre, sin darse importancia, con aquella sencillez.
Tiene entereza y autenticidad. Y eso llega a tocar el corazón.
Land of free and home of the brave...
El templo de la canonización de fray Junípero Serra. Santuario de la Inmaculada Concepción en la CUA, Washington. Gratos recuerdos de hace diez años vuelven... desde aquel Septiembre de 2005.