Hasta siempre Fabiola, reina de Bélgica. Tu reinado queda como un legado ejemplar con Balduíno, no sólo para Bélgica sino para todas las monarquías. Una forma de Gobierno que combina la sabiduría del "divino Polibio" como le llamaba Montesquieu: el gobierno de uno, el gobierno de todos, y el gobierno de los mejores. Es posible que las generaciones actuales consideren tu época como un tiempo muy "old fashion", en blanco y negro. Pero tengo para mí que tu reinado es un clásico. Y clásico es cualquier pretérito tan bravo que -como el Cid- sigue presentando batalla después de muerto.
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