Una gran película y, tal vez, la mejor interpretación de Al Pacino. Ese fracasado y retirado coronel del Ejército USA al que le explotó una granada y se quedó ciego... Y frente a él, un chaval de colegio, de orígenes muy humildes, pero con sentido del honor y con conciencia. Y un gran discurso final del oscarizado en este film.
Este blog no está concebido como un blog para el debate, ni como uno de los muchos blogs especializados en algunas cuestiones literarias, científicas, políticas, económicas, informativas etc.
Este blog es sencillamente unálbum de cromos... como aquellos que hacíamos de chavales. Sólo son los recuerdos y los sueños, quienes me hacen buscar en el caleidoscopio de la memoria... instantáneas y fotogramas fugaces... que dicen algo de ese iceberg de la vida.
No hay por tanto más orden ni concierto que el de mis nostalgias y recuerdos.
Lo cierto es que esta escena empieza con un vacile sobre las dimensiones del salón-bar que el coronel pregunta al colegial antes del tango
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